Fragmentos de uma crônica de amanhã
"También podríamos comer en algún bolichito en la ciudad... O donde les parezca. Soy materia dispuesta a todo. Con ustedes."
Os olhos ficam umedecidos, a garganta arranha querendo balbuciar adeus. Destino inicial: Lisboa. Puxa! Como lembramos de forma tão rápida e resumida acontecimentos que nos custaram tantos anos de meditação e sofrimento. .............
"También podríamos comer en algún bolichito en la ciudad... O donde les parezca. Soy materia dispuesta a todo. Con ustedes."
O barulho é enorme. Virgem Santa, e eu que pensei que somente os brasileiros faziam tanta algazarra. As pessoas se olham como se buscando conhecidos mas buscam alguém que ainda não encontraram . Observo que apesar de boa fama de seus vinhos, nos bares argentinos a boa e universal cervejinha gelada também é a preferida.
Pese a estas e outras semelhanças, não há dúvidas, não estou sonhando, estou num boliche em plena Buenos Aires de todos os tangos. Espero impaciente. Será que me equivoquei de endereço? Não é possível. Anotei tudo direitinho e o taxista confirmou o bar e tudo mais. Combinamos o encontro para 11 de dezembro às 15 horas. O que antes seria um encontro somente das mulheres de Atenas foi invadido, após veementes protestos, pela setor masculino da mitropa. Se houve alguma reação de alguma feminista enrustida, nada se comentou, somente a história o saberá.
- Puxa vida. É certo que ainda são 14:00, mas até agora ninguém!
Olho ao redor, de tão sozinho vou me adaptando ao ambiente, buscando o olhar de alguém. De vez em quando existe alguma resposta. O bar está cada vez mais cheio. Pelo povo que o freqüenta, trata-se de um destes locais de classe média intelectualizada, já um tanto experientes, com aquele charme característico dos jovens dos anos setenta, mistura antagônica que oscilava entre viver sem lenço e sem documento e aqueles personagens nostálgicos e tristes de Bergman.
Os minutos se arrastam como se tivessem a responsabilidade de decifrar a razão do tudo. Começo a lembrar detalhes daqueles meus amigos que logo sentarão comigo animando a mitropa, brincando de ser feliz.
- A Célia talvez ainda venha, não deu certeza.
Gozado este mundo. Célia, justamente, é a que menos certeza deu de sua presença...........
.....naquele momento não sabia bem o que queria. Mas, de qualquer maneira, precisa deixar a RDA. A simples permanência ali me fazia mal. Lentamente o avião da Interflug começava a se mover na pista.
Os olhos ficam umedecidos, a garganta arranha querendo balbuciar adeus. Destino inicial: Lisboa. Puxa! Como lembramos de forma tão rápida e resumida acontecimentos que nos custaram tantos anos de meditação e sofrimento. .............
Estes aperitivos com esta cervejinha bem gelada estão ótimos!
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- Já são 14:45. Caramba, precisavam ser tão pontuais? E estes argentinos com sua milongas, como falam alto. Já estou indo para o quarto ou quinto chope. Estou urubuservando uma loura muito bonita. Numa das vezes que fui ao banheiro e passei perto de onde se encontrava com seu grupo, parecia ser uma oficial da polícia. Quem diria, pensei, as oficiais policiais também tomam chope e comemoram! Assustei-me com meu próprio preconceito.
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Somente às 20 horas e depois de muitos chopes descobri meu lamentável engano. Local e horário do encontro estão certos mas o ano deverá ser 200..
Afuera hay estruendos de pirotecnia. La perra corre a esconderse debajo de mi escritorio. Las paredes de la sala relucen chispazos de colores, reflejando en su blancura las luces del árbol de navidad que armaron hoy los niños.
Hoy es 8 de diciembre. La tradición dice que se debe armar el árbol en esta fecha, y dice que cada año debe tener algún adorno nuevo, y dice también que el árbol debe cambiarse cada ocho años. A éste todavía el faltan dos. Fue un regalo: el árbol enorme y 150 luces y no sé cuántos adornos más. No cabía casi en la casita de Patricios. Y al principio, los primeros años, Juan -que caminaba a los tumbos- sacaba todos los adornos de las ramas inferiores... Pero fue sobreviviendo estoicamente al crecimiento de los niños y los juegos de los gatos y hasta creo que experimentaré un sentimiento de pena cuando tengamos que separarnos de él. El ser humano se encariña con sus cosas. Les pone vida.
Estudio el símbolo monosémico y el símbolo bisémico. Literatura. Antonio Machado, a quien yo sólo sabía poeta... un enorme filósofo.
Y para entender El tema del amor, y esa exégesis de la teoría amatoria que escribiera su alter ego Abel Martín, debo remontarme a lo inmanente y lo trascendente y hasta debo interiorizarme de las mónadas de la teoría metafísica de Leibniz. Leibniz nació en Leipzig...
... Y el avión de Interflug que venía de Moscú hizo escala en Dresden. Allí me senté a fumar un cigarrillo mientras esperaba trasbordar hacia Leipzig. Eran cómodos esos sillones. Se acercó una mujer de uniforme que, increpándome con el dedo, profería gritos en ese idioma que me resultaba absolutamente diabólico e incomprensible... Me señalaba, señalaba mi cigarrillo y movía su dedo hacia un cartel azul con letras blancas, que pegado en la pared a mis espaldas, sobre la línea de sillones, mostraba un RAUCHEN VERBOTEN pasivo e indescifrable...
... Las mujeres policía no beben, por lo menos cuando están cumpliendo servicio. Y hay muy pocas mujeres policías bonitas. Por eso, las que lo son, parecen más bonitas. Si son rubias y toman cerveza, seguramente deben ser de otro país. En éste son bien morochas, o con rubios artificiales, pero de rasgos aindiados, con cara de pocos amigos, y jamás se sientan en los bares......
Llegué a Leipzig un 18 de setiembre, desde un verano moscovita maravillosamente soleado y amable. Venía de los mejores hoteles de toda la Unión Soviética: Novosibirsk, Novokusniek, Kemerovo, Frunze, Alma-Ata, Leningrado, Gomel, Moscú... Hotel Pekín, con una suite clásica con TV y equipo de audio, Plaza Roja, Hotel Rossia, todo grande, luminoso, limpio, confortable... y el 18 de setiembre, luego de aterrizar en el aeropuerto de Leipzig, me encaminé con Mariano, que me esperaba en el Aeropuerto, hacia la Lumumba-Strasse... A mis amigos de la Mitropa no necesito explicarles nada. También ellos pasaron por esa ruina que anidaba cucarachas de todos los siglos. También ellos hicieron la cola para recibir el plato de comida, debiendo elegir entre papas o arroz para, con mucha imaginación y buena voluntad, sentarse a almorzar en medio de esa fauna internacional de la cual ya formábamos parte.
Más tarde descubrí la Mensa Rusa, a unos pocos metros de allí, y entonces era un jolgorio escapar de las paredes del Herder y hacer otra cola para comer, donde al menos podíamos elegir el menú, -claro que pagando bastante más-, y disfrutar del buen humor y la camaradería de los soldados rusos y sus redondas mujeres, camaradería que aumentaba conforme aumentara la ingesta de vodka...
La mujer policía podría ser una rusa.
... En esa maratón del año 82 todo se confundió con los sueños. Fue rápido, precipitado y cambiante. No me dio tiempo a asumir las distintas realidades.
Un avión de Interflug me dejó en Roma. Hacía calor y debía esperar once horas para subir al Varig que me llevaría a Río. Era muy joven y estaba regresando. Todo era felicidad, con un regusto nostálgico por dejar gente y lugares queridos, que quién sabe cuándo volvería a ver...
Se me acercaron turistas de todos los lugares posibles, pero los más persistentes fueron tres indúes que no se me despegaban. Decidí recorrer todo el aeropuerto. En la sala donde esperábamos los del vuelo de Varig había una muchacha brasilera muy linda. Y había un italiano cuya familia -me enteré después- tenía una empresa en San Pablo, por lo cual él lo pasaba viajando entre los dos países. Horas más tarde, ya en el avión, lograron sentarse juntos, justo detrás de mí, y después de contarse sus respectivas vidas e historias, cuando ya todos dormían, no sentí más voces, pero sí susurros y movimientos y roces y quejidos y todas esas cosas que involuntariamente se comparten cuando, creyéndonos dormidos, dos personas intentan compactarse en una... Ellos sí supieron aprovechar esas horas de espera y de vuelo. Cuando llegaron a destino se despidieron como si apenas se conocieran. En realidad, apenas se conocían.
Río fue un torbellino. Lo más parecido a un hermoso sueño.
Llegué a Buenos Aires un 17 de agosto, día de San Martín, feriado nacional, por lo cual había en Ezeiza tanta gente esperándome, que no terminaba nunca de saludar. Todo lo que siguió tuvo la textura de las alucinaciones. Me costó meses procesar esas realidades, esos mundos, esas vivencias...
Creo que desde el momento en que comencé a preparar los cajones en Leipzig y Karl-Marx-Stadt para enviar mis pertenencias, desde mis primeras despedidas (Dios mío! me acuerdo de Manne en la Bodeguita recién inaugurada en Leipzig, diciéndole al mozo que me estaba despidiendo porque yo regresaba a Argentina, y el mozo preguntándome si estaba loca, en plena guerra de Malvinas!) hasta el momento en que esos cajones llegaron a destino, en ese período de tiempo que debe haber sido de tres meses, todo se precipitó y se mezcló de tal manera, que recién ahora, pasados ya casi diez y ocho años, podría destejer lentamente la trama y comenzar a plasmarla en palabras...
Algún día lo haré.
...Las mujeres policías no existen, Xande. Por lo menos no así como la describiste. Creo que vos también soñaste. En realidad, quién de nosotros está en condiciones absolutas de afirmar la realidad inmediata? Quién puede asegurar, con completa certeza, que estamos vivos, que esto no es un sueño, o una línea o una página en el libro que alguien está escribiendo o ya escribió?
Todos ustedes, mitroperos queridos, serán mis personajes. Pero este libro ya está escrito. Yo sólo trato de recopilarlo.
Se acerca el 11 de diciembre y marcamos con dos de las mujeres de Athenas un encuentro que aún no sabemos dónde será. Por eso es que no aparecimos, Xande. Hubo un desencuentro entre nuestras coordenadas de tiempo y espacio. Fuimos puntuales pero sin saber dónde. Además, las mujeres policías no beben en los boliches, y en Brasil, en verano, el tiempo está adelantado.
Buenos Aires, amanecer del 9 de diciembre de 1999