miércoles, 9 de junio de 2010

Cuando era muy joven, y a propósito de los tiempos de horror que nos tocó vivir, me encontré con la historia y leí los versos del poeta guatemalteco Oto René Castillo.


Supe, más tarde, que durante tres años había estudiado Letras en la Universidad de Leipzig. Supe de su lucha, su exilio y su muerte.


Nunca más olvidé este poema. Y lo recuerdo, especialmente, cuando parece que el cansancio va a vencerme.


COMUNICADO

Nada

podrá

contra esta avalancha

del amor.

Contra este rearme del hombre

en sus más nobles estructuras.

Nada

podrá

contra la fe del pueblo

en la sola potencia de sus manos.

Nada

podrá

contra la vida.

Y nada

podrá

contra la vida

porque nada

pudo

jamás

contra la vida.

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